El cerebro
Los hemisferios cerebrales son dos mitades prácticamente idénticas entre sí que se distinguen por los procesos que se llevan a cabo en ellos.
Dentro de cada uno podemos encontrar una cantidad casi infinita de estructuras orgánicas encargadas de realizar diferentes tareas y funciones que influyen en nuestro comportamiento.
Anatómicamente es fácil reconocer la división que existe entre los dos hemisferios del cerebro, porque vistos desde arriba un espacio notable los mantiene separados. Se trata de la cisura interhemisférica, que es algo así como una grieta rectilínea que separa las partes superiores y más superficiales del encéfalo.
Cada hemisferio está cubierto por una capa llamada corteza cerebral, que es la parte más visible del cerebro, la cual puede dividirse en diferentes parcelas atendiendo a sus distintas funciones y localizaciones. Esta clasificación en zonas diferenciadas dentro de cada uno de los hemisferios cerebrales nos muestra la existencia de varios lóbulos cerebrales.
Lóbulos del cerebro y sus funciones
Lo que conocemos como lóbulos del cerebro son una clasificación por parcelas de la corteza cerebral que permite mapear las principales áreas de actividad nerviosa. No son áreas separadas las unas de las otras, sin embargo, son fáciles de distinguir por sus pliegues.

1. Lóbulo frontal
Es el más grande de los lóbulos del cerebro. Se caracteriza por su papel en el procesamiento de funciones cognitivas de alto nivel como la planificación, la coordinación, la ejecución y el control de la conducta. Además, hace posible el establecimiento de metas, la previsión, la articulación del lenguaje y la regulación de las emociones.
De él nace también la capacidad de contrarrestar los impulsos por satisfacer deseos de manera inmediata, en metas a largo plazo y establecer la teoría de la mente, que es la capacidad de inferir cosas acerca del estado mental de los demás como el hecho de ser conscientes de que sabemos algo que otra persona no sabe.
En definitiva, este es uno de los lóbulos cerebrales con uno de los papeles más destacados en las funciones que relacionaríamos de un modo más directo con la inteligencia, la planificación y la coordinación de secuencias de movimientos voluntarios complejos. Esta parte de la corteza es propia de animales vertebrados.
2. Lóbulo parietal
Se encuentra entre los lóbulos frontal y occipital y se encarga principalmente de procesar la información sensorial que llega de todas las partes del cuerpo, como el tacto, la sensación de temperatura, el dolor y la presión y es capaz de relacionar esta información con el reconocimiento de los números. Adicionalmente, hace posible el control de los movimientos gracias a su cercanía a los centros de planificación del lóbulo frontal y recibe información visual proveniente del lóbulo occipital y trabaja creando asociaciones entre este tipo de datos y otros inputs provenientes de otras áreas.
3. Lóbulo occipital
En los seres humanos es el menor de los cuatro principales lóbulos del cerebro y se encuentra en la zona posterior del cráneo, cerca de la nuca.
Es la primera zona de la neocorteza a la que llega la información visual. Por lo tanto, tiene un papel crucial en el reconocimiento de objetos cuya luz es proyectada sobre la retina, aunque por sí misma no tiene la capacidad para crear imágenes coherentes. Estas imágenes son creadas a partir del procesamiento de estos datos en unas zonas del cerebro llamadas áreas de asociación visual.
El lóbulo occipital manda información sobre la visión hacia otros lóbulos cerebrales, a través de dos canales de comunicación diferentes:
- El primero procesa información sobre el “qué” de lo que se ve, es decir, el contenido de la visión.
- El segundo, procesa el “cómo” y el “dónde” de lo que se ve, es decir, aspectos del movimiento y la localización en un contexto más amplio.
4. Lóbulo temporal
Los lóbulos temporales de cada hemisferio se encuentran a los laterales del cerebro, dispuestos horizontalmente y pegados a las sienes.
Reciben información de muchas otras áreas y lóbulos del cerebro y sus funciones tienen que ver con la memoria y el reconocimiento de patrones en los datos provenientes de los sentidos. Juega un papel en el reconocimiento de los rostros, las voces y en el recuerdo de palabras.
5. Ínsula
La ínsula es una parte de la corteza que queda oculta entre el resto de los lóbulos del cerebro y, para verla, es necesario apartar entre sí los lóbulos temporal y parietal. Es por eso que frecuentemente no es tenida en cuenta como un lóbulo más.
Está pegada a estructuras encargadas de hacer posible la aparición de emociones, al estar muy conectada a muchas áreas del sistema límbico y se encarga de mediar entre estas y los procesos cognitivos que se realizan en el resto de lóbulos del cerebro.