Malformaciones ArterioVenosa (MAV)
Las Malformaciones ArterioVenosas (MAV) son conexiones anormales entre arterias y venas que pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo, sin embargo, se producen con mayor frecuencia en el cerebro, los huesos y la columna vertebral, estas malformaciones son poco frecuentes y afectan a menos del 1% de la población.
Normalmente, el corazón envía sangre oxigenada al cerebro a través de las arterias, que reducen el flujo de sangre que pasa por una serie de redes cada vez más pequeñas de vasos sanguíneos, los cuales envían oxígeno al tejido cerebral que los rodea, así la sangre sin oxígeno luego pasa a pequeños vasos sanguíneos y, después a venas más grandes que drenan la sangre del cerebro y la vuelven a enviar al corazón y a los pulmones para obtener más oxígeno.
Las arterias y las venas de una Malformación ArterioVenosa no cuentan con esta red de vasos sanguíneos y capilares más pequeños. En su lugar, la conexión anormal hace que la sangre fluya rápida y directamente de las arterias a las venas, sin pasar por los tejidos que las rodean.
Es posible que una malformación arteriovenosa cerebral no produzca signos ni síntomas hasta que se rompa y genere sangrado en el cerebro (hemorragia). En aproximadamente la mitad de todas las malformaciones arteriovenosas cerebrales, la hemorragia es el primer signo.
La mayoría de ellas se presenta durante el nacimiento y pueden causar:
- Dolor de cabeza.
- Dolor en el cuello.
- Debilidad.
- Convulsiones
- Sensación de sonido inusual como zumbido, pulsaciones o chasquidos en un oído
- Visión doble.
- Aumento de la presión en el ojo (glaucoma).
- Hinchazón en los ojos, disminución en la visión, enrojecimiento y congestión en los ojos.
- Problemas con el habla, la visión o el movimiento.
- Vasos sanguíneos prominentes en el cuero cabelludo y detrás de la oreja.
- Dificultad para respirar o hacer esfuerzo
- Toser con sangre (si las MAVs está en los pulmones)
- Sangrado
- Dolor abdominal
- Heces negras (si las MAVs involucran sistema digestivo)
- Anemia
- Hinchazón
- Bultos en el tronco y las extremidades.

No queda clara la causa de las malformaciones arteriovenosas (MAV) y aunque la mayoría de las personas nacen con ellas en ocasiones se pueden formar durante la vida y no suelen ser genéticamente hereditarias.
Las MAV pueden aparecer a cualquier edad, generalmente, los síntomas se presentan entre los 10 y los 40 años y con el tiempo, pueden dañar el tejido cerebral. Los efectos se acumulan lentamente y, con frecuencia, producen síntomas a principios de la adultez.
Las MAVs suelen ser halladas durante tratamientos para otros problemas no relacionados y una vez diagnosticadas, pueden tratarse con éxito para prevenir complicaciones, como daños cerebrales o accidentes cerebrovasculares.
Cuándo consultar al médico
Busca atención médica inmediata si observas alguno de los signos o síntomas de una malformación arteriovenosa cerebral, como convulsiones, dolores de cabeza u otros. Una malformación arteriovenosa cerebral con sangrado puede poner en riesgo la vida y requiere atención médica de urgencia.
La cirugía es el tratamiento más habitual para las malformaciones arteriovenosas (MAV) del cerebro. En algunos casos, puede usarse un catéter o radioterapia para cerrar los vasos sanguíneos. Los dolores de cabeza y las convulsiones se pueden tratar con medicamentos.
La mayoría de las MAVs no requieren de tratamiento inmediato. Sin embargo, todos los pacientes con MAVs deberían consultar a un especialista. Es importante saber que las MAVs no se van por sí mismas. Las opciones de tratamiento dependen de varios factores, incluyendo los síntomas, la ubicación de la MAV, y la salud general del individuo. La decisión de tratar una MAV requiere de una evaluación cuidadosa de los beneficios versus los riesgos.