¿Qué son los procedimientos mínimamente invasivos?
Este tipo de procedimientos también conocidos como cirugía mínimamente invasiva o cirugía de “ojo de cerradura” utilizan tecnologías emergentes para nuevas técnicas que ofrecen mayor atención al paciente y más opciones que la cirugía tradicional. Se refieren a técnicas quirúrgicas en las que se insertan tubos cortos y estrechos (trocares) a través de pequeñas incisiones (menos de 1 centímetro) que causan menos daño al tejido muscular, creando una recuperación más rápida para el paciente.
Dichos procedimientos se realizan con técnicas especiales que involucran cámaras y microscopios en miniatura, linternas de fibra óptica en miniatura y monitores de alta definición.
Una vez que se hacen las incisiones, el cirujano inserta los tubos estrechos. La cámara y los instrumentos quirúrgicos largos y estrechos se insertan en dichos tubos. La cámara transmite a un monitor para que el especialista pueda ver el interior del paciente sin tener que hacer una incisión grande y luego, utilizar los instrumentos para manipular, cortar y coser el tejido.
Beneficios
Las innovaciones continuas en la cirugía mínimamente invasiva proporcionan beneficios para los pacientes que sufren una gran variedad de enfermedades, entre ellas son:
- Drástica reducción en el dolor.
- Recuperación acelerada: volver a caminar y retomar su actividad diaria.
- Reducción de la UCI y la estancia hospitalaria.
- Mejora de la función pulmonar postoperatoria.
- Mejora de la calidad de vida.
- Reducción de la necesidad de rehabilitación cardíaca para pacientes hospitalizados
- Resultados estéticos altamente mejorados.
Como cualquier tipo de intervención, también tiene sus riesgos, sin embargo son muchos menos en comparación a los procedimientos tradicionales tales como complicaciones con la anestesia, sangrado e infección.